Una fiesta perfecta

En villa tacones somos unos apasionados de la música. Creo que esto nos lo ha inculcado papá zapatillas. Hasta tal punto que nuestros momentos de ocio en pareja suelen ser conciertos o festivales. Sois muchos los que podéis dar fe de ello. Tal pasión la han heredado nuestros patucos y se pueden tirar horas y horas escuchando música. Cosa que me encanta si no fuera porque me pongo nerviosa por si rompen el reproductor, se les cae, rallan los discos…etc

El año pasado me empeñé en comprar una radio, con lector de cds y mp3. Me costó mucho encontrar lo que buscaba pero al final me decanté por uno tipo huevo, pequeño y manejable. Este año estoy viendo que lo que me sirve para mi, no sirve para mis hijos y lo más práctico para ellos es un altavoz inalámbrico que lo puedan llevar donde quieran y que tenga potencia. En este caso he encontrado un altavoz bluetooth Panasonic que me ha enamorado, tiene hasta 12 horas de autonomía y lo mejor… resistente al agua.

¿Sabéis como sería la fiesta perfecta en mi casa para mis hijos?

Para ellos triunfaríamos con una conexión a música ilimitada, con sus altavoces para llevarlos donde ellos quieran y pasar horas y horas saltando, cantando y bailando. Bueno y si a esto le añadimos un castillo hinchable, unos globos con helio y una tarta de huesitos, ya seríamos los reyes del mambo.

Les encanta juntarse con sus amigas/ primos y encerrarse en la habitación a bailar o cantar. No me extraña para nada, porque yo hacía lo mismo en casa de mis padres cuando era pequeña. Me encerraba en la cocina mientras todos veían la televisión y me tiraba las horas muertas cantando e inventando coreografías. Eso sí, la música ha cambiado un poco. Yo podía pasarme las horas bailando la melodía de los dibujos… tipo Osito Misha.

¿Qué creeis que me piden ellos? Vale que sí, que alguna del cantajuegos cae, pero no tantas, en casa triunfa Shakira, Macaco, Sidonie… pero es que la última que me piden a todas horas es A quién le importa lo que yo haga de Alaska. 

Venga a darle al máximo a ese volumen y a mover el esqueleto al ritmo de la música.