Hace dos semanas decidimos liarnos la manta a la cabeza, hacer las maletas y subirnos al coche para irnos directos a la Capi. Lo que si que tenemos claro es que vamos a seguir con nuestro ritmo y que África esté en nuestras vidas, no quiere decir que tenemos que quedarnos en casa esperando a que ella crezca... Ella también tiene derecho a conocer mundo ¿no? claro que sí y le va a encantar tanto como a sus padres.
Esta vez ha sido muy especial, tanto que tuvimos que pensarlo dos veces... viajar con una niña ya no es tan fácil. Antes cogíamos la bolsa echábamos dos cosicas, cogíamos el coche y carretera y manta. Ahora, ante esta situación, hay que tener un poco más de cabeza, hay que organizarse, sólo es eso. Así que animo a todos los que tienen un bebe y que les guste viajar, que no se queden sin hacerlo. Es posible os lo digo yo!
Lo curioso de este viaje es que antes yo llevaba toda una maleta para mi, "esto por si hace frío, esto por si hace calor, esto otro por si llueve..." jaja me da la risa de pensarlo. A la hora de hacer la maleta lo primero que hice fue apartar la ropa de África, esto por si hace frío, esto por si se mancha, esto por si tiene mucho calor... la mitad de la maleta la ocuparon los pañales, toallitas, las cosas de aseo, medicina para los gases, su muñeco con el que duerme... Una vez que todo quedo bien colocado, el sitio que sobraba en la maleta... fue el que ocupamos tanto su padre como yo. Es decir, lo justo para un cambio, el pijama y la bolsa de aseo... Quién me ha visto y quién me ve.
Menos mal que fuimos a casa de mi hermano y ahí teníamos todo lo necesario para el confort de la niña. esto si que es verdad que es un punto a nuestro favor, pero siempre se puede uno acoplar si estas cosas no se tienen. Hablo de la bañerita, el moises... cosas varias que no caben en el coche y que sería un follón transportarlas de un sitio a otro.
Como cambian las cosas, esto lo hablaba con mi cuñada. La trayectoria de nuestras visitas a lo largo de estos años, al principio íbamos a Madrid a verles e irnos de concierto, o a tomarnos unas copillas, después nació nuestra sobrina entonces pasábamos las mañanas juntos y por las noches los dejábamos en casa y nosotros nos íbamos de fiesta y ahora... vamos los cuatro con dos carritos, con pañales, mocos, llantos y risas. Es cambio radical pero maravilloso.
Fue un fin de semana espectacular. África no se va a acordar de nada pero ya nos encargaremos nosotros de recordarle como nos hemos movido con ella por el metro. De lo bien que se lo ha pasado con su prima Martina, de lo contenta que ella se puso por su visita. De como nos la ingeniamos para bañarla y como su prima nos ayudaba. De lo bien que se porto por las noches. Del show que montamos en la taqueria de la calle hilera para poder entrar con los dos carritos. De los tés "especiales" que tomamos por la tarde. Del paseo por el jardín del Capricho, cuesta arriba y cuesta abajo. Del partido que vimos mientras nos tomábamos el aperitivo, con un viento horroroso...
Ha sido una experiencia muy gratificante que vamos a recordar para siempre como el primer viaje de África. Ha sido maravilloso.
Esta vez ha sido muy especial, tanto que tuvimos que pensarlo dos veces... viajar con una niña ya no es tan fácil. Antes cogíamos la bolsa echábamos dos cosicas, cogíamos el coche y carretera y manta. Ahora, ante esta situación, hay que tener un poco más de cabeza, hay que organizarse, sólo es eso. Así que animo a todos los que tienen un bebe y que les guste viajar, que no se queden sin hacerlo. Es posible os lo digo yo!
Lo curioso de este viaje es que antes yo llevaba toda una maleta para mi, "esto por si hace frío, esto por si hace calor, esto otro por si llueve..." jaja me da la risa de pensarlo. A la hora de hacer la maleta lo primero que hice fue apartar la ropa de África, esto por si hace frío, esto por si se mancha, esto por si tiene mucho calor... la mitad de la maleta la ocuparon los pañales, toallitas, las cosas de aseo, medicina para los gases, su muñeco con el que duerme... Una vez que todo quedo bien colocado, el sitio que sobraba en la maleta... fue el que ocupamos tanto su padre como yo. Es decir, lo justo para un cambio, el pijama y la bolsa de aseo... Quién me ha visto y quién me ve.
Menos mal que fuimos a casa de mi hermano y ahí teníamos todo lo necesario para el confort de la niña. esto si que es verdad que es un punto a nuestro favor, pero siempre se puede uno acoplar si estas cosas no se tienen. Hablo de la bañerita, el moises... cosas varias que no caben en el coche y que sería un follón transportarlas de un sitio a otro.
Como cambian las cosas, esto lo hablaba con mi cuñada. La trayectoria de nuestras visitas a lo largo de estos años, al principio íbamos a Madrid a verles e irnos de concierto, o a tomarnos unas copillas, después nació nuestra sobrina entonces pasábamos las mañanas juntos y por las noches los dejábamos en casa y nosotros nos íbamos de fiesta y ahora... vamos los cuatro con dos carritos, con pañales, mocos, llantos y risas. Es cambio radical pero maravilloso.
Fue un fin de semana espectacular. África no se va a acordar de nada pero ya nos encargaremos nosotros de recordarle como nos hemos movido con ella por el metro. De lo bien que se lo ha pasado con su prima Martina, de lo contenta que ella se puso por su visita. De como nos la ingeniamos para bañarla y como su prima nos ayudaba. De lo bien que se porto por las noches. Del show que montamos en la taqueria de la calle hilera para poder entrar con los dos carritos. De los tés "especiales" que tomamos por la tarde. Del paseo por el jardín del Capricho, cuesta arriba y cuesta abajo. Del partido que vimos mientras nos tomábamos el aperitivo, con un viento horroroso...
Ha sido una experiencia muy gratificante que vamos a recordar para siempre como el primer viaje de África. Ha sido maravilloso.
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